La madera en la cocina
¿Aglomerado? ¿MDF? ¿contrachapado? ¿conglomerado? ¿Laminado? Diferenciar los principales materiales y calidad en el diseño
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¡Que no panda el cúnico al ver la imagen pero es más habitual de lo que nos pensamos! 😅 Si alguna vez te has liado prescribiendo madera técnica en tus proyectos de arquitectura o interiorismo, no estás solo. Y si no te ha pasado, ¡enhorabuena! Porque dominar las diferencias, nombres, calidades y tipos de madera tiene mucho mérito. Después de casi 8 años trabajando con el mayor fabricante de madera técnica de España, confieso que ni yo estoy libre de pecado. Así que, vamos a aclarar las principales diferencias y usos de los tableros más comunes en cocinas.
Madera técnica: cada tablero tiene su lugar
No es cuestión de bueno o malo, sino de adecuación. Cada tablero técnico tiene que cumplir unas características específicas (resistencia al rayado, humedad, mecanizado...) y ajustarse a las necesidades del proyecto (presupuesto, diseño, aplicación). Y sí, cada uno tiene su valor según el uso.
A la hora de prescribir en nuestros proyectos de interiorismo, prestamos máxima atención a la definición de todos los materiales en sus distintas aplicaciones: pavimentos cerámicos, piedras, cemento, etc. La madera, como material más importante en la cocina y en la materialidad que compone nuestro diseño, se hace imporante definir correctamente que queremos ejecutar en nuestro futuro espacio. Y ojo, que esto es para mi igual de importante que diferenciar entre un aglomerado y un tablero de fibras de madera: la calidad es la adecuación de un producto a las carecterísticas especificadas. No lo digo yo, lo dice la RAE. Y es que, en este sentido, me he cansado de oir que el aglomerado es mala calidad y el tablero contrachapado es lo mejor de lo mejor. Para mí cada tablero técnico debe cumplir con unas características técnicas concretas (rayado superficial, humedad, corte, mecanizado) y adoptarse a unas necesidades (presupuesto, diseño, aplicación). Por lo tanto, cada tablero aporta un valor concreto según su aplicación a la que va destinada.
Los principales tableros que nos encontramos en la cocina suelen ser tableros aglomerados, tablero de fibras de densidad media, (spoiler, MDF y DM es lo mismo) y contrachapado; todos ellos aparecen en sus calidades más comunes: hidrófugas y estándar. Cada tablero se usa para una aplicación concreta en la que aporta más valor: aglomerado para los módulos de la cocina; contrachapado para el módulo del fregadero (en ocasiones se usa la calidad hidrófuga del aglomerado para este módulo); y tanto MDF/DM y aglomerado para los frentes de la cocina. Evidentemeeeente, todos estos tableros se usan con un recubrimiento en melamina, chapa de madera, lacado y múltiples recubrimientos mas. Para no alargar este post, hablaremos de los recubrimientos en otro momento :D.
El aglomerado esta formado por partículas de madera procendentes de madera natural y, cada vez más, con un porcentaje de materia prima reciclada de otras industrias madereras (mobiliario, desechos de madera, etc.). Este tipo de tablero, con buenas herramientas de corte y dando con un proveedor que fabrique buen tablero, los cortes quedan lisos, sin astillas y apto para ser canteado en su espesor. Por esto mismo es perfecto para todos los módulos de la cocina, con distintos largos, alturas y dimensiones.
El MDF es un tablero de fibras de madera de densidad media (en inglés, Medium Density Fiber, MDF; y en español Densidad Media, DM). La fibra de madera se consigue a través de varios procesos de transformación de las partículas de la madera. Cocción, triturado y muchos procesos más son los que modifican a la particula de la madera para convertirlo en la materia prima que sería la fibra de madera y, tras un proceso de prensado con alta temperatura y presión, se consigue este tablero DM de caras muy lisas, planas y con un nivel de calibrado altisimo para mecanizarlo posteriormente, cortarlo, modurarlo, etc. Este tablero es usado principalmente para lacar y aplicarlo en los frentes de la cocina. Los lacados permiten una infinidad de colores (a través del NCS) y de brillos (desde mate, pasando por los satinados y altos brillos). Tambien se usa para los frentes de la cocina recubiertos con melamina y chapa natural ya que permiten fresados especiales y mejoras decorativas muy atractivas para los diseñadores.
Contrachapado está compuesto por varias capas de chapa de madera superpuestas en sentido perpendicular, lo que le confiere una gran resistencia estructural y estabilidad dimensional. Es especialmente valorado en aplicaciones que requieren durabilidad y resistencia a la humedad, como es el caso del módulo del fregadero en la cocina.
El contrachapado puede fabricarse con diferentes tipos de madera (desde maderas blandas como el pino hasta maderas duras como el abedul), lo que influye directamente en su precio y propiedades. En aplicaciones específicas como la cocina, se suele utilizar contrachapado con propiedades hidrófugas, ya que resiste mejor la exposición ocasional al agua. Este material también puede ser recubierto con melamina, chapas naturales, o incluso lacado, ofreciendo múltiples opciones decorativas y de acabado.
Diferencias clave entre tableros:
Aglomerado:
Ventaja: Económico, versátil y adecuado para aplicaciones estándar como módulos de cocina.
Inconveniente: Menor resistencia a la humedad y cargas pesadas, especialmente si no es hidrófugo.
Uso típico: módulos generales.
MDF/DM:
Ventaja: Caras lisas, alta densidad, ideal para acabados decorativos como lacados y fresados.
Inconveniente: Menor resistencia al agua y humedad comparado con el contrachapado.
Uso típico: Frentes de cocina, especialmente en acabados lacados o melamínicos.
Contrachapado:
Ventaja: Alta resistencia a la humedad, estabilidad dimensional, y durabilidad.
Inconveniente: Coste más elevado comparado con los anteriores.
Uso típico: Módulo del fregadero y otras áreas expuestas a condiciones más exigentes.
¿Cómo elegir el tablero adecuado para tu proyecto? Todo depende de las necesidades del diseño y del presupuesto. Como bien decíamos, cada tablero aporta un valor único según la aplicación: para una cocina más económica y funcional, los módulos y frentes de aglomerado estándar o hidrófugo pueden ser una excelente opción. Si el diseño busca destacar con detalles decorativos, el MDF lacado o con melamina de alta calidad será el aliado perfecto. Para zonas que enfrentan mayor exposición a la humedad o requieren mayor durabilidad, el contrachapado hidrófugo es la mejor elección.
La clave está en conocer las características técnicas de cada material, asociarlas con las necesidades específicas de cada proyecto, y no caer en estigmas de calidad generalizada. Como bien dices: la calidad no es un absoluto, sino su adecuación al propósito previsto.
¿Hablamos de los recubrimientos en la próxima entrega? 😊